Obtener rentabilidades sostenidas en el tiempo independientemente de la evolución de los mercados. Se gestionará muy activamente los niveles de inversión, fluctuando entre un 0 y un 100% la exposición a renta variable, dependiendo de la situación específica del mercado. Igualmente, para alcanzar estos objetivos, la selección de valores adquiere una gran relevancia: la inclusión de un valor en la cartera dependerá del potencial alcista de dicho valor en sí mismo, independientemente del peso que represente ese valor en un índice o en un sector. Inicialmente se prevé una inversión mayoritaria en renta variable española, si bien la situación de los mercados y las oportunidades de inversión, pueden motivar la inversión en otros mercados, que serán siempre de países de la OCDE.