Cuando disponemos de una cantidad suficiente de ahorro como para pensar en rentabilizarlo mediante la inversión, aparece la figura del asesor financiero para desarrollar una de las funciones más importantes a la hora de gestionar el dinero, el asesoramiento patrimonial.
¿Qué es el asesoramiento patrimonial?
El asesoramiento patrimonial es un servicio que ayuda a organizar el ahorro y el patrimonio familiar de cara a la consecución de nuestros objetivos vitales. Lo fundamental es el conocimiento absoluto del cliente, para poder darle el mejor servicio, recomendándole siempre los vehículos y activos más idóneos para cumplir sus expectativas.
Desde atl Capital clasificamos estos objetivos en horizontes temporales. Por un lado tenemos el corto plazo, que lo denominamos como la liquidez que necesita una familia en torno a 18-24 meses, donde se busca seguridad y riesgo cero. No tiene sentido invertir dinero en el corto plazo porque no podemos saber cómo se comportará el mercado de aquí a un año. Un medio plazo donde podríamos invertir sería en torno a los 2-7 años, donde lo que se busca aquí es batir la inflación para no perder poder adquisitivo, y ya en función del perfil de riesgo del cliente se verá en cuantos puntos podemos batir dicha inflación.
Por último, invertir a largo plazo supone poder asumir mayores volatilidades para conseguir retornos más atractivos. Esto sería a partir de los 7-10 años, como norma general. Este largo plazo suele ser el ahorro financiero canalizado hacia la jubilación o la educación de los hijos.
Una vez tenemos clara la estrategia, es fundamental hacer un seguimiento continuo, ya que tanto el mercado como las circunstancias personales de cada uno van cambiando con el tiempo, lo que implicará hacer cambios que se adapten a esta nueva situación.
¿Por qué es necesario el asesoramiento patrimonial?
El asesoramiento patrimonial es un servicio muy necesario porque que nos ayuda a organizar y planificar nuestro patrimonio, orientándolo a la consecución de nuestros objetivos vitales y financieros.
En función de los distintos horizontes temporales de la inversión, los clientes acumulan ahorro para la compra de una vivienda, pagar la educación de los hijos, comprar un coche, la jubilación etc. La importancia del asesor patrimonial es precisamente que nos ayude a organizar y planificar para lograr estos objetivos financieros, siendo de vital importancia el plazo de inversión. Cuanto antes empecemos a invertir y planifiquemos estos temas, más fácil será la consecución de objetivos. Si nos jubilamos en dos años, y carecemos de patrimonio financiero, es más difícil poder planificar una jubilación que si empezamos a una edad más temprana.
Por norma general, en nuestro país tenemos demasiado peso en inmobiliario, siendo activos ilíquidos, y que pueden perder valor como ya hemos visto en el pasado. También invertimos localmente, teniendo siempre demasiado peso en nuestra economía, no siendo conscientes de que España pesa poco más del 1% en la economía global, con lo que perdemos muchas oportunidades tanto geográficas como sectoriales.
Desde nuestra firma, optamos por tener un peso compensado entre la rama empresarial, la rama inmobiliaria y la rama financiera. Un asesor patrimonial le ayudará a tener un patrimonio bien diversificado.

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Funciones del asesor patrimonial, ¿en qué me puede ayudar?
Un asesor patrimonial, si hacemos un símil, es como su médico de cabecera. La relación entre cliente y asesor patrimonial es fundamental para la consecución de objetivos. El asesor debe velar por los intereses del cliente como si fuesen los suyos propios, teniendo que ser objetivo, independiente y estando en constante contacto.
En un inicio, nuestro gestor nos hace un chequeo financiero, un balance de nuestra economía doméstica, donde plasma en una hoja nuestros ingresos, gastos, patrimonio financiero, propiedades inmobiliarias, deudas, etc. Una vez hecho esto nos pregunta por nuestros objetivos patrimoniales. En base a esta información propone ciertas decisiones para ayudarnos a planificar nuestro patrimonio actual, haciendo una proyección a futuro para ver si cumpliríamos nuestras expectativas y, llegado el momento, también ayudarnos con la transmisión del patrimonio, ya sea donación o sucesión. Para ello es clave estudiar la fiscalidad del cliente, dónde y cómo tributaría, minimizando el impacto fiscal. Con todos estos datos se puede estructurar una cartera de inversión con una gestión de activos adecuada a su situación personal, familiar y su perfil de riesgo como inversor.
Una vez realizado esto, es primordial no descuidar la cartera, haciendo ajustes tácticos en función de los vaivenes del mercado financiero y de la situación personal del cliente, para evitar desviarnos de los objetivos marcados. Una correcta planificación financiera nos ayudará a no tener que vender en el peor momento, ni a animarnos demasiado y asumir más riesgo del debido en los momentos buenos. Un claro ejemplo de esto fue el último trimestre del 2018, donde los mercados tanto de renta fija como de renta variable tuvieron un mal comportamiento, sufriendo pérdidas. Esto no es relevante porque si tenemos nuestra cartera perfectamente estructurada, el dinero que se necesita en el corto plazo ya lo tenemos en liquidez por lo que no sufrimos pérdidas, y en el largo plazo nos da tiempo a recuperar las caídas, como se ha demostrado en el primer trimestre de este año.
Esta planificación financiera es donde realmente el asesor financiero aporta valor a los clientes, haciendo que mantengan la calma en momentos de turbulencias de mercado.
